viernes, 1 de julio de 2011

Yo, te vi.



“¿Cómo? ¡No me queda gazpacho!…Grata sorpresa la mia, si señor. A treinta grados en la calle y nada fresco que llevarse a la boca, nada que consiga hacer desaparecer esta maldita sensación desecada de mi boca. ¡Menudo engorro! Pocas situaciones adversas han conseguido alcanzar la primacia de esta necesidad implacable, debo bajar a la calle. Voy a bajar, si… Con este calor me pongo el burka y si voy por la sombra, puede que con suerte llegue antes de mi funeral. “


Y caminando por mi calle, he vuelto a encontrármela. Llevaba ese vestido gris que tanto se pone, seguro que le gusta mucho. Parecia pensativa, con los ojos grises y cabeza gacha paseaba bajo el ardor de las calurosas calles de Madrid. Iba tranquila, sin prisa, como si aquello que fuera a hacer pudiera llevarle toda la tarde. Harta de correr tras el tiempo durante tantos años y ahora el tiempo es el que corre tras su busca. Ella lo sabe, todo terminara donde empezó hara mas de noventa años. Toda una partida jugada, manos perdidas, apuestas ganadas.

Perpleja de poder tan solo observarla, admirarla no por su mas que avanzada edad, sino por todas aquellas experiencias que han ido blanqueando su pelo con los años. Por todas las sensaciones que ha expresado y que ahora se reflejan en su cara, llena de arrugas, llena de vida.

Que belleza, que grandeza, que virtuosidad. Cuanto peso ha debido de aguantar esa espalda ahora arqueada, obligándola a ver el mundo desde abajo. Un mundo que todavía desconoce pero que ya no teme. Curada de espanto y enferma del simple hecho de vivir. Una mujer que ha conocido a sus amigos y se ha despedido de ellos, que ha criado y enterrado a sus hijos. Una mujer hecha y derecha.

Siempre sola, puliendo su diamante con las ultimas decisiones que le quedan. Consciente de sus limitaciones, del paso de los años, del mas profundo y absoluto cambio. Alli estaba un dia mas, esperando a morir. Repasando todo aquello que algún día la hizo feliz y que ahora le sume en la nostalgia. Ojala pudiera comprender lo que es aceptar que ya nunca será lo que fue, ojala pudiera.

Esta tarde he vuelto a encontrármela, antes de mi funeral…tiene gracia.

martes, 15 de febrero de 2011

EN EL PUNTO DE MIRA


"La visión espiritual, la interior. He ahí la pureza. La idea madre, el motor universal, el supremo generador de toda creación. De toda manifestación que merezca el honroso calificativo de humano. Esa visión, es la divina matriz en que se gestará el hombre nuevo, y fuera de la cual el individuo no logrará trascender su raquítica condición de animal arrogante, de bípedo compulsivo e ignato"

W.Blake

Así somos nosotros, una piara maloliente e infecta. Manchada de nuestra verborrea incesante, de nuestras sonrisas del revés, de nuestra humildísima presencia. Incapaces de salirnos del dibujo porque pasarse de la raya conlleva consecuencias. Trémulos, cobardes. Temerosos por ser envueltos por un silencio más profundo que ningún maldito corazón. Sin rumbo fijo pero con uno establecido. En fila india y asidos a una cuerda, no vayamos a extraviarnos.

Así somos, un DNI con ocho números y una letra. Una cartilla del seguro y una tarjeta de crédito repleta de más que de menos. Caprichosos, insaciables, corruptos. Capaces de cometer las peores atrocidades, de dañar premeditadamente, de ignorar el bien ajeno. Orgullosos de nuestro orgullo, de mirarnos el ombligo; la única prueba evidente de que somos humanos. Menudos egoístas…

Así somos nosotros, sí. Primero yo y luego también. Impenetrables, incomprensibles. Temerosos de no proteger con suficiente ímpetu nuestro personal talón de Aquiles. Recios endebles. Malditos mentirosos, bastardos, traidores. Presidentes de nuestra fatuidad y soberbia. Propietarios de nuestra mísera grandeza. Viciosos de hablar para quejarnos, para lamentarnos de nuestras ínfimas desdichas, para chismorrear, para no decir nada.

Así somos, un corazón que no deja de latir en nuestra contra en vez de a nuestro favor. Pura pasión e infortunio, la confusión personificada. Sabedores de la provocación y especialistas en la asignatura de provocarnos dolor. Qué gran desconsuelo no discernir ni por donde pisamos, siempre de puntillas, deambulando en un expuesto mar de minas. Antepuestos al riesgo de conocernos demasiado. Desagradecidos…

¡Cómo somos! Toda una obra de arte inacabada, un diamante en bruto, un día sin sol. Temerosos de mostrar la esencia que nos diferencia del resto, una cerradura sin llave. Afligidos y angustiados por el qué dirán, por ser como somos. Intrusos de nuestra propia existencia. Ilógicos como una ecuación sin despejar.

Dando la espalda en vez de la cara. Rindiéndonos en vez de afrontándonos. Tirando la piedra y escondiendo la mano. Avergonzándonos por una sonrisa. Sintiendo celos de los nuestros. Eludiéndonos de todo y de nada. Odiándonos en vez de sintiéndonos. Infravalorándonos, desentendiéndonos...

Un meta por alcanzar, así somos. Como una ruleta rusa, expuestos al azar de las decisiones que nunca tomaremos. Execrables. Inhábiles espectros de la realidad circundante. Novatos en la verdad y sinceridad. Chapuceros. Fútiles bípedos, victimistas. Embusteros, nunca cambiaremos. Ésto es lo que somos y aquí es donde nos encontramos. En el punto de mira.