lunes, 13 de diciembre de 2010

Por encima de la vida, la religión.















"El Tribunal Constitucional ha otorgado el amparo a un matrimonio contra la condena a dos años y medio de cárcel que le impuso el Tribunal Supremo por no impedir la muerte de un hijo de 13 años, que se negó a recibir una transfusión de sangre por imperativo de su creencia religiosa, compartida con sus padres, como testigo de Jehová."


Éste caso sinceramente, consiguió ponerme los pelos de punta. Realmente uno/a llega a replantearse la siguiente pregunta: ¿Se vive con una creencia o de ella? Y, ¿Tal es así que permitimos que ésta domine nuestra vida hasta el punto de arrebatárnosla en un suspiro?
Como si de un problema sin salida se tratase, los padres de Marcos Alegre Vallés de 13 años tiraron la toalla sin ni siquiera llegar a replantearse la posibilidad de que sus propias creencias terminarían por arrebatarle el último soplo de aliento que le quedaba a su hijo. Un niño, todo un futuro por delante. Lugares que conocer, gente con la que hablar, restaurantes en los que comer…conocimientos por adquirir. Pero, ¿Conocía realmente Marcos las consecuencias de su decisión? Acaso ¿esto no es equiparable a los abusos sufridos por muchos menores en base a las creencias de los padres y que les lleva a sufrir mutilaciones ?, ¿ dónde están las asociaciones de protección al menor cuando hablamos de “mutilaciones de conciencia” ?.

Como todo niño, confía en que sus padres quieren lo mejor para él y que lo que digan va a misa (y nunca mejor dicho). Él no va a llevarles la contraria, porque sus palabras son lo único que le queda y si morir es una bendición otorgada por la falta de pecado, que así sea. “Yo no quiero que el demonio entre en mi cuerpo” pensaría. Pobre inocente…como si de los reyes magos se tratase y todavía no quieran dejarle ver que tanta magia es dada tan solo con el sudor de nuestros esfuerzos. Que nada viene dado. Que hay que luchar por lo que se quiere y a veces hacer sacrificios.

Como si una idea, fuera más fuerte que el amor de una madre hacia su hijo. Como si nada fuera más importante que unas líneas mal interpretadas. Sin lucha no hay victoria pero quizá sea más fácil pensar que todo debe ser blanco o negro y que los matices no existen.

Ante esto, no creo que la ley deba ser más o menos flexible sino que creo que la sociedad debe hacerse más responsable de sus propios actos e ideas y valorar la vida añadiendo todos sus ingredientes en una balanza hasta encontrar un equilibrio positivo que no incluya tener que tomar la decisión de robarle la vida a tu hijo. ¿Van a conseguir hacer cambiar de idea al resto de personas con sus mismas creencias, por condenarles a dos años de cárcel? Por supuesto, de alguna manera debían reaccionar pero hay cajones en los cuales no pueden meter la mano simplemente porque se pillarían los dedos como creo que ha sucedido en éste escalofriante caso.

Testigos de Jehová, curiosa elección de vida. A pesar de no compartirlo en absoluto, no puedo hacer más que respetarlo y aceptar que hay gente dispuesta a dar su vida por aquello en lo que cree, por su fé. Yo prefiero vivir pensando que la vida es un regalo esperando a ser abierto y que haría todo cuanto estuviera en mi mano por defenderla. Prefiero vivir con mis pensamientos que de ellos. Lo que tengo claro es que si yo fuera ése niño y pudiera hablar por un segundo con mis padres, mi pregunta sería… ¿Por qué?

martes, 7 de diciembre de 2010

Marrakech, nadie dijo que fuera fácil.

“La vida es una guerra que se lucha desde que te levantas hasta que te acuestas, desde los buenos días hasta las buenas noches. Para vosotros la vida es una pasión, pero para mí…Es una pasión oculta bajo una coraza de impedimentos.” –Knor-



Como dice la canción, ya no sé si el mundo está al revés o soy yo el que está cabeza abajo. Justo en la posición perfecta para descubrir que la magia existe para aquellos ojos dispuestos a verla en toda su plenitud. Pasen y vean…


Hoy como cada mañana en éste pequeño e insólito rincón de África, la ciudad roja amanece para todos y todo parece ser perfecto.
“Abracadabra” y admiramos el anaranjado sol al final de la larga avenida que culmina con la envolvedora y cálida Menara, en donde ni los más desagradecidos ojos osarían desperdiciar un minuto del reflejo del sol en el lago. Un toque de magia en donde la plaza Jamaa el fna se convierte en el irregular ombligo del antiquísimo barrio de la Medina. Un efecto óptico incesante situado en el mismísimo corazón de la tierra de dios. De día se viste discreta. Se la ve somnolienta, se la siente tranquila y se la aspira suavemente…se huele el tagine, el cous-cous. Se percibe el permanente olor del té con menta y el característico olor del ras al hanut, toda una explosión para nuestros inexpertos sentidos. Pero suyo es el momento culminante al caer la noche, cuando se disfraza con el denso humo que los múltiples e incontables puestos de comida desprenden. Al divertirse bailando al son del Chaabi y de la hipnotizante melodía de las flautas encantadoras de serpientes. Al admirar con dilación a los malabaristas y faquires en todo un espectáculo de sonidos, olores y colores. Sí, al hacer todo aquello que nuestra madre nos leía al acostarnos.



Lo que ella nos ocultaba es que estas palabras son mágicas y tan solo viven en los cuentos y en aquellos ojos que puedan ver que toda virtud tiene un defecto, toda magia un desencantamiento y que nada es raro sino distinto. Que aladín jamás podría ser un príncipe y que Jasmine es tan solo una entre un millón. Callaba que Abú es la representación de la esclavitud monicaca y que Jafar, sería el menor de los problemas en un lugar con éste. Silencio acerca de un mundo en donde los niños venden galletas en vez de untarlas en leche antes de acostarse, en donde la negociación no es un juego al que puedas perder, si no una ley que debes cumplir si quieres vivir. Allí donde el mercado engañoso es sustituido por la coacción, envenenada de palabras insaciables porque lo justo es el beneficio a cualquier precio. Ignorantes del valor de quince horas de trabajo remuneradas con poco más que nada. Impotentes ante su impotencia, porque ellos no tienen elección sino un cometido.

Lo único que les queda es su todo, la plenitud de las estrellas en lo alto del firmamento al anochecer y el sosiego de los primeros rayos del sol al llegar el alba. Su querido Sahara en donde habitan los Imazighen, “los hombres libres” del desierto, aquellos que viven el tiempo en vez de medirlo. Las áridas y salvajes montañas junto con los espinosos arganes. Les queda seguir siendo pobres en su grandeza y luchar cada día por lo que son, una de las grandes maravillas del mundo. Al fin y al cabo nadie les dijo que la vida fuera fácil, pero se prometen a sí mismos que vale la pena vivirla.

¿Cuántos Dirhams cuesta la satisfacción de no tener nada más que un gran corazón?


Lara Pérez,
Marrakech-Diciembre 2010

jueves, 23 de septiembre de 2010

¿Volverán?



¿Cuantas veces hemos mirado hacia atrás?
o quizá la pregunta sea, ¿Quien no lo ha hecho alguna vez?






Sinceramente no lo calificaria como "algo bueno" o "algo malo" sino que lo denominaria como necesario, algo que sin quererlo ni beberlo, está detrás nuestro y llega un momento en el que no podemos darle la espalda.

La verdad es que recordar es precioso pero tambien nostalgico. Son momentos que te cautivan y cuentan al oido que nunca más volverán, momentos que sin estar presentes consiguen no dejarte escapar. Quedamos atados a una cuerda de la que, yo personalmente, no quiero huir y sí quedarme agarrada con las dos manos sin tambalearme.

Lo bonito es saber con certeza que todo lo ocurrido ha participado a conseguir formarme como persona y lo seguirá haciendo mientras no me suelte de la cuerda. Esos momentos han sido los protagonistas de MÍ pelicula. Una película que por supuesto tiene sus tomas falsas, sus gazapos y sus particularidades pero aún teniendo la oportunidad de cambiar algo no lo haría porque ya no sería mi pelicula sino la de mis arrepentimientos.

Muchas veces me imagino que alguien me ofrece un ratón de la vida capaz de pulsar ese "deshacer" y "rehacer" que tanto deseamos todos constantemente, ya sea para haber estudiado más, para haber llegado en el momento preciso, para haberle dicho hola en vez de adios, para que nada de eso hubiera pasado, para que todo hubiera seguido como antes...Pero aunque me tiente la idea de tener el poder de mi vida en mis manos no lo quiero. Tan solo me apetece seguir recordando y vivir y fantasear con lo que pueda pasarme o me hubiera pasado.

De todos modos...recuerdo para vivir y nunca vivo para recordar. Vivo con recuerdos pero no de ellos. Si no te agarras bien, te cogerán desprevenido y te envolverán en la tristeza de pensar que jamás volverás allí. Convive con ellos y serás gratificado por tu logro con una gran sonrisa que con un poco más de esfuerzo, durará lo que tarden en venir los tiempos muertos.

sábado, 28 de agosto de 2010


“Alejémonos de nuestro día a día, de la rutina que termina por atraparnos y nos hace cobardes. Volvámonos a sentir inseguros una vez más, volvamos a sentir que cada momento pide cita para existir y volver a pasar de largo. ¿Para qué intentar estirar una cuerda que no da más de sí? Vayámonos…“

Málaga,
dulce encuentro.

450 Kilómetros pasados buscando el final del camino, escuchando el ruido de los camiones que ensordece nuestros pensamientos anhelantes de libertad. Las luces de los coches van pasando y la temperatura de nuestro cuerpo se eleva acorde con el sol que nunca nos falla. Hace calor y sudamos. Lo hacemos gratis y lo hacemos con gusto. Sudamos nerviosismo porque nuestro destino se encuentra cada vez más cerca hasta que al fin, Málaga se asoma por las alturas reflejada en un cartel azul fosforescente. El forzoso recorrido ha merecido la pena tan solo por la sensación de encoger la nariz y percibir el olor de los olivos, del aire cálido, del jazmín.

La malagueta está más bonita que nunca, hoy se ha vestido de gala para nosotros y solo para nosotros. Su preciosa diadema azul se refleja en el agua, en el mar que parece estar extasiado por contemplarse a sí mismo. Asistimos a una obra maestra perfectamente equilibrada.

Segunda quincena de agosto y las sonrisas no decaen en la cara de los malagueños, pues es la fecha más esperada por todos, la feria de Málaga. El centro de la ciudad está a rebosar y se percibe la actividad incesante de mañana a noche y de noche a mañana. Combustible refrescante: El cartojal, tan dulce como las guitarras que suenan al son de los cantos de los feriantes “Óle, óle y óle”. No faltan los sombreros cordobeses en las cabezas de los hombres ni las flores en las orejas de las mujeres fundiéndose con el olor de la calle. Elegantes y señoriales visten los trajes de sevillana “las niñas” mareando el viento con sus amaestrados abanicos “¡ai! qué caló mi arma”.

A nuestra derecha la luna, vestida de blanco con sus ojos bien abiertos y relucientes cede a mostrarnos la belleza que tan solo ella posee en todo su esplendor; mientras que a nuestra izquierda se encuentra “El pimpi” que a pesar de ser un restaurante de grandes como Antonia banderas y de su irresistible salmorejo, no nos conmueve tanto como ese puesto de papas situado en la esquina más humilde de la calle más transitada del centro más abarrotado. Abierto para todas nuestras bocas.

El alba, como cada mañana, vuelve a sorprendernos por detrás de las montañas, áridas, preciosas. Las olas rompen con fuerza en las orillas de las playas de pedregalejo, el melillero ha vuelto a hacer de las suyas. Allá a lo lejos vemos “ración de seis, espeto a dos euros”. ¡Qué sabor!¡Qué maravilla! ¡Conchas finas y coquinas!

¿Se puede pedir más?


Lara Perez

jueves, 4 de marzo de 2010

¿Juegas?



Cuantas definiciones se le habrán atribuido al hecho de amar, son incontables. Incontablemente ignorantes o en su defecto tremendamente lanzadas al vacío. Un vacío que realmente se esconde en un lugar, del que no queremos saber más de la cuenta. Quizá sea miedo a que al descubrirlo, se convierta en la gota que colma el vaso. El descontrol es algo difícil de digerir. Queremos agua mineral “porfavor”. Sin impurezas, sin peligro, sin esfuerzo…Tan solo agua mineral. Así es todo más sencillo. De éste modo cuando sentimos “querer” es tan solo eso, querer. Bajo ningún concepto dejar de ser “yo” para comenzar a ser “nosotros” . Una de las maneras más maravillosas de descubrir que existe algo mejor que nosotros mismos y lo rechazamos por pavor a la entrega de nuestro ser. Por miedo a dejar desnuda cada faceta y puedan dañarnos donde más nos duele, en nuestro personalizado talón de Aquiles. Quien no arriesga no gana y el amor es el único juego en el que puedes perder sin sentirte un perdedor, sencillamente porque la única regla es que no hay reglas.



Larita Pérez

domingo, 17 de enero de 2010

Wing world





Anoche mis brazos mutaron en unas enormes alas blancas, vestidas como si de un traje de terciopelo se tratara, suaves, mullidas...perfectas, imponentes. A la vista parecían pesadas. Eran preciosas, no podía creer que algo tan bonito pudiera formar parte de mí. No hacía más que preguntarme si volar sería como caminar o andar en bicicleta, una vez aprendido jamás se olvida.


¿Debía imitar a los aviones mecánicos, alcanzando una velocidad de 300km/h en una pista de 2km de largo? ¿O simplemente bastaría con aletear fuertemente mis enormes alas? ¿Podría con ellas? Supongo que daba igual, no pensaba en otra cosa más que en intentar alzar el vuelo a pesar de desconocer completamente la táctica. Subí a la barandilla rojiza recien pintada de mi valcón. Hacía frío, mucho frío, y el viento no corría. Parecía estar esperándo a que yo lo agitara. La luna estaba más elegante que nunca vestida de largo. No quería perderme su fiesta, mi traje blanco también merecía ser estrenado. Alce mis alas y me sentí poderosa, me sentí capaz de cualquier cosa y fue entonces cuando doble mis rodillas impulsándome en un buen salto y me dejé caer. Lo hice a lo grande, por supuesto la ocasión, no merecía menos. Agitaba mis alas enérgicamente, sin parar. Cada vez me elevaba más y las casas, ya no eran casas, sino tejados; las farolas, ya no eran farolas, sino un mar de puntos lumínicos y el mundo ya no era mundo porque, literalmente, podía mirarlo por encima del hombro.



¿No es maravilloso?


sábado, 16 de enero de 2010


VENUS


No hay rio suficientemente salvaje, ni montaña suficientemente alta; No hay bien, ni tampoco hay mal capaz..Ni siquiera toda la fuerza del océano,ni todo el brillo del sol pueden impedirme seguir pensando en tí, recostada, tranquila...Esperando un susurro, una suave caricia en el pelo...No puedo seguir negándolo más; sí, para mi eres la única. Sé que el amor es caro, por amor del bueno pagas un precio muy alto. Pero no hay nada que me impida seguir amándote; ni siquiera el hielo, ni tampoco el fuego. Porque como un héroe o un campeón tu eres la mejor. Como con la religión o la superstición, estoy vendecido contigo porque estoy junto a tí. Y ahora el rio, salvaje, crece cada vez más fuerte, y la montaña alcanza lo más alto del cielo. Da igual que sientas lo mismo o te sientas diferente, mi amor nunca morirá. Porque el amor es dar y recibir, porque el amor es sacrificio y ya no hay nada que consiga detenerlo. Ni siquiera el hielo, ni tampoco el fuego...nada, te lo he dicho.


"Y así, cada mañana, si que es posible despertarse con una sonrisa"


Lara Pérez

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